miércoles, 4 de diciembre de 2013

“NUESTRAS BUENAS   INTENCIONES  Y ACCIONES  SON  PARA  DIOS  COMO TRAPOS DE  INMUNDICIA”
Isaías 64:6 " Si bien todos nosotros somos como suciedad, y todas nuestras justicias como trapo de inmundicia; y caímos todos nosotros como la hoja, y nuestras maldades nos llevaron como viento."
Cuando Dios usa al profeta Isaías en este pasaje, el pueblo de Israel mantenía una corrupción de costumbres.  De allí la expresión “todos nosotros somos como suciedad” pues se miraban como llenos de lepra y por lo tanto, no aptos para estar en el campamento.  Tal como el leproso era expulsado del campamento, así ellos estaban contaminados con su pecado y deberían ser expulsados de la presencia de Dios. De igual manera la frase que sigue “y todas nuestras justicias, como trapo de inmundicia” significa literalmente –y es una expresión muy fuerte- que nuestras buenas obras vienen a ser como trapo usado por mujer en su período menstrual.  Eso es lo que parece a los ojos de un Dios plenamente santo los mejores actos humanos.  ¡Nuestras más buenas acciones están contaminadas!  No sólo hay una corrupción general de costumbres, sino también graves faltas en nuestros mejores actos de devoción.  ¡Qué abominable debe resultar ante Dios nuestra pretensión de ser “buena gente”!
El mundo está lleno de personas que pretenden adorar a Dios y agradarle con lo que piensan son “buenas obras”.  En este afán muchos caen en el engaño, Pues rigen sus obras de acuerdo a tradición, o fijándose sólo en las apariencias; olvidándose que ante Dios  es imprescindible realizar cualquier obra con Amor y por FE. Buenas intenciones no son suficientes: Los religiosos exageran los aspectos  externos de las obras, sin cuidarse de la condición real del corazón. Jesús les hablo a los fariseos en Mateo 15:7-11" Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, cuando dijo: Este pueblo de labios me honra; Mas su corazón está lejos de mí. Pues en vano me honran, Enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres. Y llamando a sí a la multitud, les dijo: Oíd, y entended: No lo que entra en la boca contamina al hombre; mas lo que sale de la boca, esto contamina al hombre."
 El propósito de estos fariseos era el de mostrar por la observancia rigurosa de lavarse las manos, una apariencia de piedad religiosa.  Lamentablemente, son millones de personas las que hoy en día conservan aún este espíritu farisaico, de dar un valor desmedido a lo externo de las obras y lo cual hace que muchos creyentes sean superficiales en su relación con Dios y con los demás; Aun sabiendo que dice en su palabra que El se enfoca en nuestras intenciones o sea en tu corazón, 1 Samuel 16:7 " Y Jehová respondió a Samuel: No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho; porque Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira corazon "                                                          
Cuando nos enfocamos en las cosas naturales o no Espirituales, perdemos de recibir las revelaciones de Dios y de que el Reino de Dios: el cual es más que lo tangible o deseado sino que dice Romanos 14:17 "porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo."                                                                                                                    Muchos se engañan pensando que a Dios se le agrada con sólo cuidar los aspectos externos de la religión, por ejemplo:
-Se cuidan de arrodillarse al orar, pero conservan la soberbia y la falta de perdón en el corazón.                                                                                      -Usan largos vestidos, pero abrigan deseos inmorales y sensuales internamente.                                                                                              -Llevan siempre una Biblia bajo el brazo, pero no se les ocurre obedecerla.    -Usan velo al orar o al profetizar si son mujeres, pero no se sujetan a sus esposos.                                                                                                      -Ayunan constantemente, pero no cambian sus actitudes de injusticias.
No es esto cuidar sólo lo externo, la acción religiosa, olvidando lo interno y espiritualmente genuino. Guardémonos de estas cosas pues son la esencia de la hipocresía. Las personas que ponen la mirada en las cosas que agradan a los hombres, pretendiendo que a la misma vez agradaran a Dios, Cristo les llama "Tropiezo" que quiere decir en griego "Ofensas"...Mateo 16: 23 " Pero él, volviéndose, dijo a Pedro: ¡Quítate de delante de mí, Satanás!; me eres tropiezo, porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres."                                                                                                       
Los fariseos atribuían la calidad de “buena obra” a aquellas acciones que anulaban la Palabra de Dios.  Hoy en día podemos señalar actos religiosos como la adoración de imágenes que anula la Palabra de Éxodo 20:4-5 "No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen," Otro ejemplo de la obediencia a los ídolos y no a Dios lo encontramos en el libro de los  Salmos 115: 1-8 " No a nosotros, oh Jehová, no a nosotros, Sino a tu nombre da gloria, Por tu misericordia, por tu verdad. ¿Por qué han de decir las gentes: ¿Dónde está ahora su Dios? Nuestro Dios está en los cielos; Todo lo que quiso ha hecho. Los ídolos de ellos son plata y oro, Obra de manos de hombres. Tienen boca, mas no hablan; Tienen ojos, mas no ven; Orejas tienen, mas no oyen; Tienen narices, mas no huelen; Manos tienen, mas no palpan; Tienen pies, mas no andan; No hablan con su garganta. Semejantes a ellos son los que los hacen, Y cualquiera que confía en ellos."                                                                                         Las personas tratan de vivir haciendo “buenas obras” pues con ello pretenden acumular  puntos para con Dios y así, al final de los días de sus vidas, alcanzar el cielo anhelado, pero no consideran la palabra de Dios en Efesios 2:8-9 " Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe." cuando nos cita que la salvación no es por obras.  De este texto bíblico podemos sacar conclusiones vitales:                                                                                   1- El hombre no puede hacer nada, en el sentido de lograr su salvación.                2- No podemos ser salvos por medio de obras.                                                        3- Dios ofrece a todo hombre Su Gracia a fin de que pueda alcanzar la salvación de su alma.
El Hacer Buenas Obras no para ser Salvo sino porque ya soy salvo: Es la definición de dar frutos de FE, Aunque nuestra salvación no depende de buenas obras, sí está orientada hacia el sacrificio de Jesús en la cruz y sabiendo que somos salvos por Gracia y no por obras; Entonces podemos decir que La fe es como la raíz de los árboles y las buenas obras son como el fruto de ese árbol.  Lo que da la vida por medio de la savia, no proviene del fruto sino la raíz.  Pero el árbol manifiesta que está vivo y sano al dar buenos frutos.  De esto se revela algo importante: Que de lo visible se manifiesta lo invisible.  En otras palabras el fruto manifiesta la raíz.  Qué tipo de creyente somos se manifiesta en los frutos que las personas nos ven.  Y no son las buenas obras las que salvan al hombre, pero el hombre sí manifiesta que es salvo por medio de sus buenas obras Efesios 2:10" Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas." El estándar que Dios busca es la perfección, pero nosotros no podemos complacer a Dios por nosotros. Esta es la razón por la cual Jesús murió por los pecadores. Si Usted quiere ser lo suficientemente bueno, entonces, Usted debe permitir que Dios lo vea a través de la justicia de Cristo Jesús. Esta es la única bondad que cuenta para Dios.  Que Dios los bendiga mis queridos Hermanos: HECTOR PEGUERO.