jueves, 6 de agosto de 2015

LA DIFERENCIA ENTRE UN CORAZÓN DE PIEDRA Y UN CORAZÓN DE CARNE

LA DIFERENCIA ENTRE UN CORAZÓN  DE PIEDRA Y UN CORAZÓN DE CARNE


Ezequiel 11:19-20 “Yo les daré un corazón íntegro, y pondré en ellos un espíritu renovado. Les arrancaré el corazón de piedra que ahora tienen, y pondré en ellos un corazón de carne,  para que cumplan mis decretos y pongan en práctica mis leyes. Entonces ellos serán mi pueblo, y yo seré su Dios.”
Si vamos a estudiar un tema que tiene que ver con la Ley, debemos de conocer el origen utilización y significado de esta palabra “Ley” y además conocer como los judíos le llaman a la Ley: La Torá (del hebreo,  Torah) es el texto que contiene la ley y el patrimonio  del pueblo israelita; constituye la base y el fundamento del judaísmo. El término proviene del  hebreo y su  significado es " Atacar rápidamente con violencia o embestir con ímpetu” " y esta etimológicamente ligado a las enseñanzas e instrucciones.
Para el judaísmo, la Torá es la Ley  dada en el Monte Sinaí la cual fue escrita sobre un corazón de piedra (Las Tablas). Un corazón de piedra no tiene el poder para vencer sobre la carne. El Nuevo Pacto es la Ley escrita sobre un corazón de carne. Un corazón de carne tiene el poder de vencer los deseos de la carne y el pecado, puesto que puede oír la voz de Dios y es tan humilde que sabe pedir ayuda y humillarse ante Dios para que Él lo proteja y lo ayude. La diferencia es el mensaje que nos es comunicado por el Apóstol Pablo en su carta a los Romanos 8:2-5, según está escrito: "  porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte. Lo que era imposible para la Ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado, y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne,  para que la justicia de la Ley se cumpliera en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. Los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu”.                                                                                                   La diferencia entre el Antiguo Pacto que es la Ley escrita sobre un corazón de piedra, y el Nuevo Pacto que es la Ley escrita en un corazón de carne, es la diferencia entre las dos naturalezas dentro de nosotros. La Ley escrita sobre un corazón de piedra es la naturaleza de la carne, la que desea ganarse el cielo por las obras que hace. La Ley escrita sobre un corazón de carne reconoce que solo en el sacrificio de Cristo esta nuestra Justificación y salvación por medio de su Gracia. Este es el mensaje que se comunica en Gálatas 4.22-26 “Pues está escrito que Abraham tuvo dos hijos: uno de la esclava y el otro de la libre.  Pero el de la esclava nació según la carne; pero el de la libre, en virtud de la promesa.  Lo cual es una alegoría, pues estas mujeres son los dos pactos; el uno proviene del monte Sinaí, el cual da hijos para esclavitud; éste es Agar,  pues Agar es el monte Sinaí, en Arabia, y corresponde a la Jerusalén actual, ya que ésta, junto con sus hijos, está en esclavitud.  Pero la Jerusalén de arriba, la cual es madre de todos nosotros, es libre”;
Y además tenemos la explicación  que Dios nos dejó en  2 Corintios 3:3 Y es manifiesto que sois carta de Cristo expedida por nosotros, escrita no con tinta, sino con el Espíritu del Dios vivo; no en tablas de piedra, sino en tablas de carne del corazón.                                                                                                       La Epístola de los Romanos, nos dice que la Ley es santa y los mandamientos justos y buenos; Pero a la vez No nos ayuda a ser mejores personas, sino que solo nos muestra nuestro pecado. Además  nos dice que hay una Ley que está en nuestro interior tratando de gobernar nuestras acciones... Romanos 7:14-19 “Sabemos que la Ley es espiritual; pero yo soy carnal, vendido al pecado.  Lo que hago, no lo entiendo, pues no hago lo que quiero, sino lo que detesto, eso hago.  Y si lo que no quiero, esto hago, apruebo que la Ley es buena. De manera que ya no soy yo quien hace aquello, sino el pecado que está en mí.  Y yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no habita el bien, porque el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo.  No hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago. Y si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que está en mí."

¿CUÁL ES EL PROPÓSITO DEL NUEVO PACTO?
El Nuevo Pacto es la LEY escrita sobre un corazón de carne, sensible a la voz de Dios; Jeremías 31:33 “»Vienen días, dice Jehová, en los cuales haré un nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá.  No como el pacto que hice con sus padres el día en que tomé su mano para sacarlos de la tierra de Egipto; porque ellos invalidaron mi pacto, aunque fui yo un marido para ellos, dice Jehová.  Pero éste es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Pondré mi ley en su mente y la escribiré en su corazón; yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo”. Esto sería realizado por Dios poniendo Su Espíritu Santo dentro de nosotros de manera que el Espíritu de Dios pueda enseñar a su pueblo como  caminar en la verdad  con reverencia  a Dios enfocados en su Palabra y en su Amor para con nosotros.  El Primer Pacto trae muerte pero el nuevo Pacto da  vida eterna por la Gracia del Señor Jesús. Esto es lo que el Apóstol Pablo hablaba en su carta en Hebreos 9:15 “Por eso Cristo es mediador de un nuevo pacto, para que los llamados reciban la herencia eterna prometida, ahora que él ha muerto para liberarlos de los pecados cometidos bajo el primer pacto.”


¿CUÁL ES EL PAPEL DEL ESPÍRITU SANTO EN EL NUEVO PACTO?
El Espíritu Santo es testigo de que el Nuevo Pacto es la Ley escrita en nuestro corazón Hebreos 10:15-18 “El Espíritu Santo nos atestigua lo mismo, porque después de haber dicho: «Éste es el pacto que haré con ellos después de aquellos días, dice el Señor: Pondré mis leyes en sus corazones, y en sus mentes las escribiré», añade: «Y nunca más me acordaré de sus pecados y transgresiones”, pues donde hay remisión de estos, no hay más ofrenda por el pecado.”
El espíritu  Santo fue enviado  para enseñarnos la VERDAD de Dios Juan 14: 26 “Pero el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas y os recordará todo lo que yo os he dicho.” Dios lo envió para que nos guie a la verdad y a la vida Juan 16:13 “Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oiga y os hará saber las cosas que habrán de venir.”
¿Qué es la VERDAD? Es la Palabra de Dios, es JESUS;  Juan 14:6 “Jesús le dijo: —Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie viene al Padre sino por mí.”                                                                                                                                           Dios quería escribir Su Ley sobre nuestro corazón y enseñarnos Su nueva Ley que es llamada "VERDAD - Necesitamos el Espíritu de Dios DENTRO de nosotros Para tener el poder de vencer sobre la naturaleza de pecado heredada de Adán. Para producir frutos espirituales en nuestras vidas (Gálatas 5:22-25). Para comprender, crecer, y tener una revelación de la Palabra de Dios.

RESUMEN                                                                                                                                              En resumen, la Torá no quiere decir "Ley" sino instrucción. No somos salvos guardando la Torá  o LEY de Dios. Somos salvos por gracia por medio de la fe, y la salvación es un don gratuito de Dios (Efesios 2:8). Dios nos dio Su Ley para que pudiéramos tener un conocimiento del pecado y de la santidad de Dios. Teniendo un conocimiento del pecado, el hombre podría comprender que necesita la ayuda del  Mesías (Jesús). Sin embargo, DESPUÉS  que somos salvos sin las obras de la ley, la Torá de Dios sirve como Su manual de instrucciones; ¡La LEY de Dios es el árbol del conocimiento del bien y del mal! Mientras que el árbol de la vida es JESUS.     Dios te Bendiga.  Hector Peguero

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