lunes, 6 de julio de 2015

MI REINO NO ES DE ESTA TIERRA

“MI  REINO  NO  ES  DE  NATURALEZA  TERRENAL”
Juan 18:36  —Mi reino no es de este mundo —contestó Jesús—. Si lo fuera, mis propios guardias pelearían para impedir que los judíos me arrestaran. Pero mi reino no es de este mundo.                                                           
Este texto nos muestra con claridad que este mundo no es el Reino de Dios, que aunque Él es quien reina sobre todo lo creado; Lo bueno y malo que sale en la vida de los hombres dependerá de su relación con Dios. Dios deja que el diablo gobierne este mundo (2 corintios 4:4) porque él le arrebató Adam el dominio que Dios había puesto en sus manos y Él no puede interferir con nuestro libre albedrio. Pero todos los hombres podemos ir a Dios para que nos bendiga y nos libre de los ataques del enemigo. Mateo 6:23 "Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas". Jesús nos exhorta a no preocuparnos por las necesidades materiales como comida, vivienda y otras necesidades básicas. Él sabe de qué cosas tenemos necesidad antes de que se lo digamos e incluso antes de que nosotros mismos nos demos cuenta pues Él es omnisciente. Jesús nos invita a que dependamos totalmente de El para todas las cosas. Todo reino tiene un rey. Jesucristo el Rey de reyes (Apocalipsis 17:14) y nosotros seremos sus príncipes ya que el dice que reinaremos juntamente con El. Vemos  en Lucas 17 los fariseos le preguntan a Jesús cuándo llegaría el Reino de Dios y Jesús les dice que no será un lugar aquí o allá sino que el Reino de Dios está entre ellos. (Jesús estaba entre ellos) dando a entender que es un reino espiritual y no uno terrenal y que sólo Él lo trae a ellos. Y en cuanto a buscar la Justicia de Dios, De acuerdo a Romanos 3:22 se alcanza a través de la fe en Jesucristo. Primero debemos ser hombres y mujeres de fe. Esto es lo más esencial para encontrar su justicia. Romanos 4:3 "Porque ¿qué dice la Escritura? Creyó Abraham a Dios, y le fue contado por justicia". También en Romanos 4:5 nos confirma que "la fe en Dios es la forma de alcanzar su justicia". "Dios recompensa al que hace justicia" (Proverbios 11:18).                                                                                                 Algo interesante es que Jesús no vino a traernos paz eterna en este mundo, Mateo 10:34 34 “No crean que yo he venido a traer paz al mundo; no he venido a traer paz, sino guerra.” Sino para pelear por nosotros y llevarnos a su Reino, y mientras estemos aquí viviremos en paz  cuando estemos conectados a Él y veamos la vida a través de Él.  Un concepto que es necesario asimilar y que  La mente humana tiene  problema de aceptar, está en “ver para creer”. Esto es debido a la incapacidad de poder ver en la dimensión espiritual de Dios, pero hay una solución que es recibir la mente de Cristo, como  dice la Biblia: 1Corintios 2:16 — Porque ¿quién conoció la mente del Señor, para que pueda instruirle? Más nosotros tenemos la mente de Cristo. La humanidad que no tiene a Jesús en su corazón, es gobernada por el diablo, Y este se encarga de poner tinieblas mentales para dominar a las masas, con estrategias como las religiones, costumbres,  leyes, creencias, falsas  y  falsos dioses.
Para saber que debem0s hacer para entrar en el Reino de Dios leamos  Marcos 10:13-16 — Y le presentaban niños para que los tocase; y los discípulos reprendían a los que los presentaban. Viéndolo Jesús, se indignó, y les dijo: Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de Dios. De cierto os digo, que el que no reciba el reino de Dios como un niño, no entrará en él.  Y tomándolos en los brazos, poniendo las manos sobre ellos, los bendecía.   Lo cual nos dice que debemos recibir a Cristo,( el cual es la encarnación del Reino de Dios), sin dudar y sin razonar como la haría un niño inocente, quien  lo hace de corazón y con Fe.                                                                                                                                                                                                            
Recordemos lo que Jesús  había dicho a los discípulos: Marcos 4:11 — Y  les decía: A vosotros os ha sido dado el misterio del reino de Dios; pero a los que están fuera, todo se les presenta en parábolas; A causa del reino de Dios, los discípulos lo habían dejado todo para seguir a Jesús buscando formar parte de su reino. Pero Jesús les advierte que, al reprender a los niños, están cerrando la  puerta para entrar en ese reino de Dios tan deseado.                                                                                                                               ¿Qué significa entonces: « recibe el reino de Dios como un niño lo recibe »?  
Estas palabras provienen  de Jesús en el evangelio de Mateo 18:3 — y dijo: De cierto os digo, que si no os volvéis y os hacéis como los niños, de ningún modo entraréis en el reino de los cielos.   Un niño confía sin cuestionar, dudar o pensar. El niño tampoco  puede vivir sin confiar en quienes le rodean. Su confianza es una realidad vital. Nuestro corazón, cuando tiene la naturaleza como un niño el cual tiene un corazón de carne, sensible, abierto,  lo único que pide es que quiere ser amado.                                           Podemos comprender también: «recibir el reino de Dios al igual que recibimos a un niño». Porque el verbo «recibir» tiene en general el sentido de «recibir a alguien», como lo podemos constatar en algunos versículos precedentes donde Jesús habla de «recibir a un niño»; Marcos 9:36-37  Y tomando a un niño, lo puso en medio de ellos, lo tomó en sus brazos, y les dijo: Cualquiera que reciba a un niño como éste en mi nombre, a mí me recibe; y cualquiera que me recibe a mí, no me recibe a mí, sino al que me envió. En este versículo, recibir un niño, es recibir la Promesa de la vida eterna; El niño crece y se desarrolla. Es así que el reino de Dios es una promesa, y un crecimiento activo. Pero Jesús insiste en que Asimismo hemos de recibir la presencia de Dios cuando se presente, en el buen o en el mal momento. Recibir el reino de Dios como se recibe un niño, es velar y orar para recibirle cuando venga, siempre al improvisto, a tiempo o a destiempo.                                    El objetivo del Evangelio de la salvación por medio del sacrificio de Jesucristo es que entremos en el Reino de Dios. Por ello estas palabras de Jesucristo, tomadas de Mateo 6:31-33 —  No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o con qué nos vestiremos? Porque todas estas cosas las buscan con afán los gentiles; pues vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. Más buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.  Las palabras de Jesús nos provocan a meditar y a conocer que Dios debe siempre ser nuestra PRIORIDAD en la vida, Él sabe lo que necesitamos pero no quiere que nos preocupemos por las cosas materiales sino que le busquemos cada día. Del mismo modo, las palabras de Marcos 12:31 —…Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento mayor que éstos. Esto nos lleva a una conclusión similar en cuanto a la prioridad para con nuestro prójimo; si lo mejor para nosotros es el Reino de Dios, lo mejor para nuestro prójimo es también el Reino de Dios.
Hasta ahora, la frase…el Reino de Dios está entre nosotros… tal y como nos dice el Maestro, se hace efectiva si comprendemos Juan 1:14 — Y el Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.   El Texto Bíblico que el Señor usa para revelarnos esta realidad está en  Lucas 17:20-21 — Preguntado por los fariseos, cuándo había de venir el reino de Dios, les respondió y dijo: El reino de Dios no viene con advertencia, ni dirán: Aquí está, o: Allí está; porque el reino de Dios está en medio de vosotros”. Pero algo muy importante es que no todo el mundo aceptara y entenderá el mensaje de la Gracia de Cristo, porque como dijimos antes tienen un corazón de piedra y no como el de un niño, esto lo vemos en el libro de Juan 3:12-13 — Si os he dicho cosas terrenales, y no creéis, ¿cómo creeréis si os dijere las celestiales? Nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo; el Hijo del Hombre, que está en el cielo. Les dijo esto porque Jesús ya había leído las intenciones de sus corazones; Por esto les dijo de nuevo a los fariseos en Juan 8:23 — Y les dijo: Vosotros sois de abajo, yo soy de arriba; vosotros sois de este mundo, yo no soy de este mundo. Así que recordemos el Reino está en el cielo y solo Jesús es la puerta y la llave esta en tu corazón ósea en tu Fe inmovible como la esperanza de un niño, Y  el planeta tierra solo es el Estrado de sus pies (Tarima cubierta con alfombra sobre la cual se coloca el trono real o la mesa presidencial en actos solemnes.) Lo que nos revela la grandeza y la majestad del trono de nuestro Dios Isaías 66:1 — Jehová dijo así: El cielo es mi trono, y la tierra el estrado de mis pies; ¿dónde está la casa que me habréis de edificar, y dónde está el lugar de mi reposo?
Mis hermanos Dios quiere que cada día  declares y reconozcas que Dios Reina en nuestras vida y en nuestros corazones, y reconocer que somos imperfectos en un mundo imperfecto pero con la esperanza de heredar un reino inconmovible: “El Reino de Dios”; Hebreos 12:28 — Así que, recibiendo nosotros un reino inconmovible, tengamos gratitud, y mediante ella sirvamos a Dios agradándole con temor y reverencia;  Gracia y paz a vosotros, de parte de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo…… tu hermano en Cristo, Hector Peguero.-

No hay comentarios:

Publicar un comentario