viernes, 29 de abril de 2016

NUESTRAS ARMAS NO SON DE ESTE MUNDO, ¡SON ESPIRITUALES!

NUESTRAS  ARMAS  NO  SON  DE ESTE  MUNDO, ¡SON  ESPIRITUALES!
2 Corintios 10:3-5 “pues aunque vivimos en el mundo, no libramos batallas como lo hace el mundo.  Las armas con que luchamos no son del mundo, sino que tienen el poder divino para derribar fortalezas.  Destruimos argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevamos cautivo todo pensamiento para que se someta a Cristo.”                                                                                                                                          Aveces  creemos que podemos ganar todas las batallas con nuestras fuerzas y nuestro conocimiento o sabiduría; Esto es una conclusión carnal y no espiritual y está fuera de las enseñanzas de la Palabra de Dios; Efesios 6:12 “Porque nuestra lucha no es contra seres humanos, sino contra poderes, contra autoridades, contra potestades que dominan este mundo de tinieblas, contra fuerzas espirituales malignas en las regiones celestiales.”   La Biblia  nos dice, que la vida cristiana es una vida que incluye el conflicto espiritual entre las fuerzas de maldad y los hijos de Dios.  Y debemos mantenernos alerta y en oración; 1 Pedro 5:8  “Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar”; ósea que tenemos que estar recargando nuestras fuerzas y en contacto con nuestro Dios a diario; De donde viene nuestra ayuda  cada día, Salmos 121:2 “Mi socorro viene de Jehová, Que hizo los cielos y la tierra.”  Hay que aprender a Ganar las batallas, pues la mayor parte del tiempo no la vemos porque son espirituales y  se manifiestan en nuestras vidas atravez de problemas en la salud, hogar, economía, trabajo, familia y muchos otros aspectos. Las batallas espirituales  ocurren con  ataques de Satanás a nuestra mente o  pensamientos. Debemos tener presente que La mente es el campo de batalla principal en la Guerra Espiritual.  Santiago 4:1-2 "¿De dónde vienen las guerras y de dónde los pleitos entre ustedes? ¿No surgen de sus mismas pasiones que combaten en  sus miembros?”  Cristo venció la muerte, el pecado y al mismo diablo en la cruz, Pero antes fue tentado muchas veces atravez en su vida aquí en la tierra;  Nosotros hoy  podemos resultar vencedores en nuestras batallas personales gracias a sus enseñanzas y sacrificio; Como hombres y mujeres de Dios, debemos aprender a entender los tiempos y las estaciones; Existen ciertos tiempos donde pareciera que el enemigo se hubiera ensañado más con nosotros que con otras personas o creyentes. ¿Por qué sucede esto?                                                                                                      Necesitamos  entender que  la guerra espiritual “tiene su tiempo”, como todo lo que vivimos bajo el sol, Eclesiastés 3:1 “Todo tiene su tiempo, y todo lo que se hace debajo del cielo tiene su hora.”  Y ninguna prueba es muy  pesada  o intolerable ni  durará  para siempre 1 Corintios 10:13 “No les ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, quien no los dejará ser tentados más de lo que ustedes pueden soportar, sino que juntamente con la tentación dará la salida, para que la puedan resistir.”
Cristo dijo que es imposible que nosotros no pasemos por pruebas porque las mismas nos hacen más fuertes y nos enseñan en gran manera además nos equipa para cuando se repitan en nuestro diario vivir, Mateo 18:7 “Dijo Jesús a sus discípulos: «Imposible es que no vengan tropiezos; pero ¡ay de aquel por quien vienen!” Y en  Lucas 4:13 leemos acerca de Jesús: “Cuando el diablo dio por concluida toda clase de tentación, se alejó de él hasta un tiempo oportuno.” Jesús aquí había enfrentado diversas batallas, venciendo al enemigo con la Palabra de Dios, pero eso no significaba que nunca más iba a tener que volver a enfrentarse con el enemigo.
Es bueno aclarar que bajo el punto de vista bíblico todos los cristianos deben atravesar  batallas. La biblia lo llama “padecimientos” 1 Pedro 5:9 “Resistidlo firmes en la fe, sabiendo que los mismos padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo.”  En  la vida cristiana ser un discípulo de Cristo no nos hace inmune a las pruebas y las tribulaciones de la vida. Después de todo, ¿no significa el amarnos que Dios quiere que nuestras vidas sean fáciles y cómodas? No, no es así. La Biblia enseña claramente que Dios ama a aquellos que son Sus hijos, y “todas las cosas les ayudan a bien.” Romanos 8:28 “Y sabemos que Dios hace que todas las cosas ayuden para bien a los que lo aman; esto es, a los que son llamados conforme a su propósito.” Eso debería significar entonces que las pruebas y tribulaciones que Dios  permite en nuestras vidas son parte de todas las cosas que nos ayudan a bien. Por lo tanto, para el creyente, todas las pruebas y tribulaciones deben tener un propósito divino que nos traerá bendiciones.
Desde el principio, el propósito principal de Dios es que seamos transformados más y más a la imagen de Su Hijo, Romanos 8:29 “Sabemos que a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo a fin de que él sea el primogénito entre muchos hermanos.” Las pruebas y tribulaciones, están  diseñados  para permitirnos alcanzar esa meta. Es parte del proceso de la santificación, siendo apartados para los propósitos de Dios y equipados para vivir para Su gloria. Espiritualmente la pruebas nos moldearan el carácter de Cristo en nuestra alma y espíritu; 1 Pedro 1:6-7: “En esto se alegran, a pesar de que por ahora, si es necesario, estén afligidos momentáneamente por diversas pruebas,  para que la prueba de su fe —más preciosa que el oro que perece, aunque sea probado con fuego— sea hallada digna de alabanza, gloria y honra en la revelación de Jesucristo.”                       La fe del creyente se reforzará mediante las pruebas que experimenta, para que podamos desarrollar un carácter digno de recibir las promesas de Dios. Romanos 5:3-4 “Y no solo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce perseverancia, y la perseverancia produce carácter probado, y el carácter probado produce esperanza.” Y vemos que la biblia nos dice regocíjate, en Santiago 1:2-3 " Hermanos míos, tengan por sumo gozo cuando se encuentren en diversas pruebas sabiendo que la prueba de su fe produce paciencia." Estos versículos revelan aspectos de Su propósito divino  por las pruebas y tribulaciones. El perseverar comprueba nuestra fe. "Todo lo puedo en Cristo que me fortalece" (Filipenses 4:13).
Sin embargo, debemos tener cuidado de nunca hacer excusas por nuestras “pruebas y tribulaciones” si son el resultado de nuestra propia maldad  o por desobedecer la palabra de Dios.  El perdonará nuestros pecados porque el castigo eterno para ellos ha sido pagado por el sacrificio de Cristo en la Cruz. Sin embargo, todavía tenemos que sufrir en esta vida las consecuencias naturales por nuestros pecados y malas decisiones. Pero Dios usa incluso esos sufrimientos para moldear y formarnos para Sus propósitos y nuestro último bien.  Las pruebas siempre vienen con un propósito y una recompensa. Santiago 1: 12 “Bienaventurado el hombre que persevera bajo la prueba porque, cuando haya sido probado, recibirá la corona de vida que Dios ha prometido a los que lo aman.” Debemos estar convencidos que cuando enfrentamos ataques de parte de hombres de esta tierra, ese ataque viene dirigido por fuerzas invisibles que están detrás del escenario visible, esas fuerzas adversarias son fuerzas superiores a la de aquellos que vemos frente a nosotros. En este aspecto esas gentes no son en efecto su verdadero problema o enemigo; ellos son simplemente víctimas e instrumentos del enemigo, a quienes el usa convenientemente para avanzar su causa. Tenemos que usar las armas que Dios nos ha dejado espiritualmente; acerca de nuestras verdaderas armas nos dice en :  2 Corintios 10:4 “Porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo.”                                                                                                                   
¿Qué podemos nosotros hacer para enfrentar estas fuerzas del maligno, especialmente cuando estamos más vulnerables o débiles?   La respuesta está en confrontarlas “Con tu Espíritu dice el Señor” ósea que no es tu pelea sino que es de Jesús, tu trabajo es tener Fe, Orar y confiar en que Dios te dará la victoria; Zacarías 4:6 "Entonces respondió y me habló diciendo: Esta es palabra de Jehová a Zorobabel, que dice: No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho  Jehová de los ejércitos." Un poderoso ejemplo de esto es el arcángel Miguel en Judas verso 9. Miguel, como el más poderoso de todos los ángeles de Dios, no reprendió a Satanás en su propio poder, sino que dijo “El Señor te reprenda.” Y la respuesta a su confianza en el poder del nombre de Jesus lo vemos en, Apocalipsis 12:7-9 “Entonces hubo una guerra en el cielo: Miguel y sus ángeles luchaban contra el dragón. Luchaban el dragón y sus ángeles, pero no prevalecieron ni se halló ya lugar para ellos en el cielo. 9Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama Diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero. Fue arrojado a la tierra y sus ángeles fueron arrojados con él.” Cuando se presentó su conflicto con Satanás, Miguel reprendió a Satanás en el nombre y autoridad de Dios, no en la suya propia. Es solo a través de nuestra relación con Jesucristo que nosotros, como cristianos, tenemos autoridad sobre Satanás y sus demonios. Es solo en Su nombre que nuestra reprensión tiene algún poder.  Otro punto muy importante es que la Biblia nos dice cómo protegernos y que debemos hacer para estar preparados a los ataques de satanás… Y esto lo vemos en la Epístola de Efesios capitulo 6;                                                   

Efesios 6:13-18 “Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo y, habiendo acabado todo, estar firmes. Estad, pues, firmes, ceñida vuestra cintura con la verdad, vestidos con la coraza de justicia  y calzados los pies con el celo por anunciar el evangelio de la paz. 16 Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno.  Tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios. Orad en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velad en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos.”

Jesús es nuestro mejor ejemplo para la guerra espiritual,; Observa cómo Jesús manejó los ataques directos de Satanás: (Mateo 4:1-11) Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el diablo. Y después de haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches, tuvo hambre. Y vino a ÉL el tentador, y le dijo; Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan. Él respondió y dijo: Escrito está; No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios. Entonces el diablo le llevó a la santa ciudad, y le puso sobre el pináculo del templo, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, échate abajo; porque escrito está: A sus ángeles mandará acerca de ti, y en sus manos te sostendrán, para que no tropieces con tu pie en piedra. Jesús le dijo: Escrito está también: No tentarás al Señor tu Dios. Otra vez le llevó el diablo a un monte muy alto, y le mostró todos los reinos del mundo y la gloria de ellos, y le dijo: Todo esto te daré, si postrado me adorares. Entonces Jesús le dijo: Vete, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a Él solo servirás.                  El diablo entonces le dejó; y he aquí vinieron ángeles y le servían.” La mejor manera de combatir a Satanás es la manera que Jesús nos mostró y  fue citando la Escritura, porque el diablo no puede manejar la espada del Espíritu lo cual es, la Palabra del Dios Viviente.  Que Dios te de la sabiduría para que no olvides de ponerte tu armadura cada día y orar por los tuyos en el nombre de JESUSTu hermano: Hector Peguero                                               

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