HISTORIA DE LA BIBLIA
La palabra Biblia
procede del latín biblia, Y de la
expresión griega τὰ βιβλία τὰ ἅγια (ta biblía ta hágia; ‘los libros sagrados’), Visto
por primera vez en el Primer Libro de los Macabeos
12:9 “Aunque nosotros no necesitamos nada de todo eso, puesto que encontramos
el consuelo en los libros sagrados que tenemos en nuestras manos,” donde βιβλία es el plural de βιβλίον (biblíon, ‘papiro’ o ‘rollo’ y, por extensión,
‘libro’). Se cree que este nombre nació como diminutivo del nombre de la ciudad
de Biblos (Βύβλος,
Býblos), importante mercado de papiros de la antigüedad.
La Biblia es una
recopilación de textos, que en un
principio eran documentos separados (llamados «libros»), escritos
primero en hebreo, arameo y griego durante un periodo muy extenso y después reunidos para formar el Tajan
(Antiguo Testamento para los cristianos) y luego el Nuevo Testamento. Ambos testamentos forman la Biblia cristiana.
En sí, los textos que componen la Biblia fueron escritos a lo largo en un
promedio de 1000 años (entre el 900 a. C. y el 100 d. C.). Los textos más
antiguos se encuentran en el Libro de los Jueces («Canto de Débora») y en las
denominadas fuentes E (tradición elohísta) y J (tradición yahvista) de la Torá
(llamada Pentateuco por los cristianos), que son datadas en la época de los dos
reinos (siglos X a VIII a. C.). El libro completo más antiguo, el de Oseas es
también de la misma época. El pueblo judío identifica a la Biblia con el tan-aj,
pero no fue aceptada como Antiguo Testamento al no aceptar la validez del Nuevo
Testamento. El canon de la Biblia que
conocemos hoy fue sancionado por la Iglesia católica, bajo el pontificado de
san Dámaso I, en el Concilio o junta de
obispos. /Junta eclesiástica de Roma del año 382, y esta versión es la que
Jerónimo de Estridón tradujo al latín. Dicho canon consta de 73 libros: 46
constituyen el Antiguo Testamento, incluyendo 7 libros
llamados actualmente Deuterocanónicos (Tobit, Judit, I Macabeos, II Macabeos,
Sabiduría, Eclesiástico y Baruc) ―que han sido impugnados por judíos y
protestantes― y 27 del Nuevo Testamento. Fue confirmado en el Concilio de
Hipona en el año 393, y ratificado en el Concilio III de Cartago (en el año
397), y en el IV Concilio de Cartago, en el año 419.
Que es el canon de las
Escrituras? La palabra “canon” proviene de la regla de la ley que se utilizaba
para determinar si un libro se ajustaba a una norma. También se le define como: “Decisión
o regla establecida en concilio por la Iglesia católica sobre el dogma o la
disciplina eclesiástica”. – La
palabra canon significa ‘regla’ o ‘medida’, así que se le llama canon bíblico
al conjunto de libros que integran la Biblia según una tradición religiosa concreta,
que los considera así «divinamente inspirados» y los distingue de otros textos
que no se consideran revelados. Estas diferencias entre las distintas ramas del
cristianismo se dan únicamente para el Antiguo Testamento; por ejemplo, según
la Iglesia católica son 46 libros, y según la mayoría de iglesias protestantes
son 39. Con relación al Nuevo Testamento todas tienen el mismo número de
libros.
El primer canon es el
Pentateuco, el cual se compone de los libros del Génesis, Éxodo, Levítico,
Números y Deuteronomio y contiene la «Ley de Dios», que es el conjunto de las
613 reglas o instrucciones del judaísmo
(Mitzvá).
Dentro del judaísmo
surge disputa sobre el canon correcto. Un grupo religioso, los saduceos,
sostiene que solamente conforma el canon de las Escrituras la Torá (‘la Ley’) o
Pentateuco (‘cinco libros’), mientras que otros grupos también incluyen los
Nevi'im (Profetas) y los Ketuvim (los Escritos). Después de la destrucción de
Jerusalén en el año 70 d. C., el grupo judío predominante fue el de los
fariseos, que sí considera al canon como conformado por la Ley, los Profetas y
los Escritos. Así, a finales del siglo I el judaísmo estableció en Yamnia, (El Concilio de Jamnia, presumiblemente
celebrado en Yavne, fue un hipotético concilio de finales del s. I d. C. en el
que se dice que el canon de la Biblia Hebrea fue finalizado) como canon
de sus libros sagrados aquellos que cumplieran tres requisitos: que hubiera una
copia del libro en cuestión que se supiera que fue escrito antes del año 300 a.
C. Que dicha copia estuviera escrita en hebreo o cuando menos arameo (no
griego, la lengua y cultura invasora) y que tuviera un mensaje considerado como
inspirado o dirigido al pueblo de Dios.
El canon del Antiguo
Testamento cristiano entró en uso en la Septuaginta griega, traducciones y
libros originales, y sus diferentes listas de los textos. Además de la
Septuaginta, el cristianismo posteriormente añadió diversos escritos que se
convertirían en el Nuevo Testamento. En el siglo IV, varios sínodos (reunión de eclesiásticos católicos,
mayormente obispos y sacerdotes);
fueron elaborando listas de escritos
sagrados que fijaban un canon del Antiguo Testamento de entre 46 y 54 distintos
documentos y un canon del Nuevo Testamento de 20 a 27, siendo este último el
utilizado hasta el día de hoy; el cual fue definido finalmente en el Concilio
de Hipona en el año 393. Hacia el año 400, Jerónimo había escrito una edición
definitiva de la Biblia en latín (la
Vulgata), el Canon de la cual, debido en parte a la insistencia del papa
Dámaso, fue hecho coincidir con decisiones de varios de los Sínodos reunidos
con anterioridad. Sin embargo, esta lista definitiva de 27 libros no fue
legitimada por ningún Concilio ecuménico sino hasta el Concilio de Trento
(1545-63). En el Antiguo Testamento los textos presentes en la Septuaginta cayeron
de favor. En el momento en que vendría a ser eliminado de la mayoría de los
cánones protestantes. Por lo tanto, en un contexto católico estos se denominan
libros deuterocanónicos, mientras que en un contexto protestante que se hace
referencia como libros apócrifos, la etiqueta se aplica a todos los textos
excluidos del canon bíblico que estaban en la Septuaginta. Cabe señalar
también, que tanto católicos como protestantes describen algunos otros libros,
como el Libro de los hechos de Pedro, como apócrifos. El Antiguo Testamento
protestante de hoy tiene 39 libros
―el número varía del número de los libros en el Tanaj (aunque no en contenido)
a causa de un método diferente de la división―. También varía el orden y el
nombre de los libros, mientras que la Iglesia católica romana reconoce a 46 libros como parte del Antiguo
Testamento canónico. El libro de Enoc es aceptado en el canon del Antiguo
Testamento solo por la Iglesia ortodoxa etíope. El término «Escrituras hebreas»
es solo sinónimo del Antiguo Testamento protestante (no católico) que contiene
las Escrituras hebreas y textos adicionales. En cuanto al canon del Nuevo
Testamento, son 27 libros en el
canon de la Iglesia católica romana, aceptado por la mayoría de las Iglesias de
la Reforma. La Iglesia siria solo acepta 22
libros en su canon. Libros como el Primer libro de Clemente y el Segundo libro
de Clemente, el Libro de la Alianza, el Octateuco y otros, han sido motivo de disputas, y se
encuentran canonizados por la Iglesia católica apostólica ortodoxa. La versión judía de la Biblia, llamada el
Tanaj, consta de 24 libros, con ciertas diferencias respecto a las Biblias
cristianas. Algunas de ellas son: Los nombres de varios libros: Éxodo para el
original Shemot (‘nombres’); Levítico para Vaikrá (‘y llamó’). La subdivisión
en tres secciones:
Torá (la Ley, el Pentateuco); Nevi'im, los profetas anteriores (Josué,
Jueces, Samuel y Reyes) y profetas posteriores (Isaías, Jeremías, Ezequiel y
los 12 profetas menores); y Ketuvim,
los escritos (Salmos, Proverbios, Daniel y los demás libros).
Así pues, las versiones
católicas de la Biblia constan de 73 escritos, en tanto que las más de las
versiones protestantes solo contienen 66. Sin embargo, las Biblias de los
anabaptistas, luteranos, anglicanos y episcopalianos, incluyen los
deuterocanónicos, «apócrifos»; ya que los consideran «lectura edificante», pero
no canónica. Las versiones ortodoxas, por su parte, incluyen 76 libros en
total. Además, la Iglesia copta incluye en su canon del Antiguo Testamento el
Libro de Enoc y el Libro de los Jubileos, que no incluye ninguna de las otras
corrientes actuales del judeocristianismo, pero que eran libros bastante
populares en los tiempos de Cristo; de lo cual han quedado vestigios incluso en
los escritos del Nuevo Testamento. La Iglesia siria reduce el número de libros
del canon, pues solo acepta 22 en el Nuevo Testamento. La Biblia de Gutenberg.
Las biblias cristianas
están constituidas por escritos hebreos, arameos y griegos, que han sido
retomados de la Biblia griega, llamada Septuaginta, y del Tanaj hebreo-arameo,
y luego reagrupados bajo el nombre de Antiguo Testamento. A estos se ha sumado
una tercera serie de escritos griegos cristianos agrupados bajo el nombre de
Nuevo Testamento. Distintos grupos cristianos han debatido largamente sobre la
inclusión o exclusión de algunos de los libros de ambos testamentos, surgiendo
los conceptos de apócrifos y deuterocanónicos para hacer referencia a algunos
de estos textos. En términos generales,
no existe un consenso general entre los diferentes grupos de cristianos sobre
si el canon del Antiguo Testamento debe corresponder al de la Biblia griega,
con deuterocanónicos, que es lo que plantean las iglesias cristianas ortodoxas
y católica romana a través de su historia, o al del Tanaj hebreo, que es lo que
plantean los judíos actuales, algunos protestantes, y otros grupos cristianos
emanados de estos.
El Nuevo Testamento es una colección de 27
libros, escritos en 5 géneros literarios: 4 Evangelios, 1 Libro de
Hechos, 1 Apocalipsis, y 19 Epístolas
(6 epístolas «católicas» o apostólicas, y 13 epístolas paulinas).
Una séptima epístola
católica ―a saber, la Primera epístola de Juan―, y una decimocuarta epístola
paulina ―concretamente, la Epístola a los hebreos―, realmente pertenecen al
género ensayístico o doctotratadístico, es decir, se trata de tratados
doctrinales, con lo que representan un quinto género de escritos del Nuevo
Testamento. La figura protagónica es Jesús de Nazaret, llamado el Cristo. Casi
todos los cristianos, con algunas excepciones, como el cristianismo gnóstico de
los primeros siglos, han venido asumiendo el Nuevo Testamento como un texto
sagrado divinamente inspirado. Sin embargo, no hay unidad universal en el canon
del Nuevo Testamento. Son 27 libros en el canon de la Iglesia católica romana,
aceptado por la mayoría de las Iglesias protestantes. La Iglesia cristiana
ortodoxa de Siria solo acepta 22 libros en su canon. El término de arqueología bíblica para
denominar a una parte de la arqueología que se encarga de estudiar los lugares
indicados en la Biblia. La arqueología
también ha brindado descubrimientos interesantes con relación a la conformación
de los propios textos bíblicos. Los
descubrimientos del Evangelio de Tomás y del Evangelio de Felipe,el cual
Eruditos han asegurado que el Evangelio de Tomás es más antiguo que los 4
canónicos y que al igual que Mateo y Lucas. El
número de palabras de la Biblia varía ―según la versión y el idioma― entre 773
69231 y 783 137.32
La Biblia ortodoxa
consta de 1347 capítulos; la católica romana, de 1329, y la protestante, de
1189, 260 de los cuales constituyen el Nuevo Testamento.
El libro que aparece
como último en la Biblia es el Apocalipsis de Juan, pero en realidad el último
en ser escrito fue el Evangelio de Juan El capítulo más corto
de la Biblia es el «Salmo 117» (solo 2 versículos), y el capítulo más largo es
el «Salmo 119» (176 versículos).
Pero es importante notar
que los escritos de la Escritura fueron canónicos al momento en que fueron
hechos., puesto que toda Escritura ha sido inspirada por el Espíritu Santo de
Dios.
En este Salmo se establece
que la totalidad de la palabra de Dios es verdad. Salmo 119:160 “La suma de tu
palabra es verdad, Y eterno es todo juicio de tu justicia.” En los primeros siglos de la iglesia,
algunas veces los cristianos eran asesinados por poseer copias de la Escritura
(en aquellos días los libros estaban en pergaminos individuales, no combinados
juntos en una encuadernación como la actual). A causa de esta persecución,
pronto surgió la pregunta, “¿Cuáles libros son dignos de morir por ellos?”
Algunos libros pueden haber contenido dichos de Jesús, pero ¿fueron inspirados
como se establece en 2 Timoteo 3:16?
Los concilios de la iglesia tenían el papel de reconocer en público un libro o una carta, como inspirados, (Colosenses
4:16; 1 Tesalonicenses 5:27). La
iglesia primitiva tenía un criterio muy específico a fin de considerar a los
libros como parte del Nuevo Testamento. Este incluía: ¿El libro fue escrito por
alguien que fue un testigo ocular de Cristo? ¿Pasó el libro la “prueba de la
verdad”? (por ejemplo: ¿concuerda con otro libro, ya aceptado como Escritura?).
Los libros del Nuevo Testamento que fueron aceptados por la Iglesia han
resistido la prueba del tiempo, y la ortodoxia cristiana los ha adoptado con
pequeños cambios, por siglos. Más aún, el tema sobre el final de los tiempos
que trata el libro de Apocalipsis, y la prohibición de añadir a las palabras
del libro en 22:18, sostiene firmemente que el canon fue cerrado al tiempo de
su escritura (95 d.C.). Hay un punto teológicamente importante que no debemos
perder. Dios ha usado Su palabra por milenios con un propósito principal – el
de revelarse a Sí Mismo y comunicarse con la raza humana. Finalmente los
concilios de la iglesia no decidieron si un libro era Escritura; Dios lo
decidió cuando el autor humano fue elegido por Él para escribirlo. A fin de
cumplir con el resultado final la voluntad de Dios;
La Palabra de Dios, evaluada y personalmente
aplicada por cristianos a través de los siglos, es suficiente para explicarnos
todo lo que necesitamos saber sobre Jesucristo (Juan 5:18; Hechos 18:28; Gálatas 3:22; 2 Timoteo 3:15) y para
enseñarnos, corregirnos e instruirnos en toda justicia (2 Timoteo 3:16).
¿Qué es el canon de la
Escritura?
En cuanto a la medida o norma utilizada para determinar cuáles libros
debían ser considerados como Escritura, el verso clave para entender el proceso
y propósito y quizá la oportunidad en que se dio la Escritura está en Judas
3 “ Amados, por la gran solicitud que tenía de escribiros
acerca de nuestra común salvación, me ha sido necesario escribiros exhortándoos
que contendáis ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos.”,
Puesto que nuestra fe es
definida por la Escritura, Judas está diciendo esencialmente que la Escritura
fue una vez dada para el beneficio de todos los cristianos.
Cuando los reformadores protestaron, el canon católico
fue nuevamente confirmado por decreto en la cuarta sesión del Concilio de
Trento del 8 de abril de 1546. Ninguna de estas decisiones fue reconocida ni
asumida por muchos protestantes, surgidos a partir del siglo XVI, ni por
distintas denominaciones vinculadas al protestantismo surgidas a partir del
siglo XIX. El canon de las biblias cristianas ortodoxas es aún más amplio que
el canon de las biblias católicas romanas, e incluye el Salmo 151, la Oración
de Manasés, el Libro III de Esdras y el Libro III de los macabeos. En adición a
estos, el Libro IV de Esdras y el Libro IV de los macabeos figuran, asimismo,
como apéndices en muchas importantes versiones y ediciones de la Biblia
cristiana ortodoxa. El Antiguo Testamento narra la historia de los hebreos y el
Nuevo Testamento la vida, muerte y resurrección de Jesús, su mensaje y la
historia de los primeros cristianos. El Nuevo Testamento fue escrito en lengua
griega koiné.
En él se cita con
frecuencia al Antiguo Testamento de la versión de los Setenta, traducción al
griego del Antiguo Testamento realizada en Alejandría (Egipto) en el siglo III
a. C.
Para los creyentes, la
Biblia es la palabra de Dios, de inspiración divina, aunque su redacción se
realizó a través de hombres elegidos que usaron de sus facultades como
verdaderos autores. Se trata de una obra eminentemente espiritual que los
creyentes interpretan como la forma que tuvo Dios de revelarse a sí mismo y
manifestar su voluntad de salvación de la Humanidad por medio del sacrificio de
su hijos Jesús (el Cristo), además de su carácter y atributos además para los
cristianos la Biblia es la principal fuente de fe y doctrina en Cristo. En
el siglo XVI los diferentes movimientos
de la Reforma protestante comenzaron a experimentar un alto desgaste en
discusiones filosóficas y a separarse unos de otros; para menguar este problema
se definió el principio llamado «sola escritura», que significa que solamente
la Biblia puede ser fuente de doctrina cristiana. Pero para la Iglesia católica
romana, además de la Biblia, también son fuente doctrinal la tradición, las
enseñanzas de los Padres de la Iglesia (discípulos de los apóstoles), y las
decisiones emanadas de los Concilios. Esta
diferencia con los cristianos se intensificó después de 1870, cuando el papa
Pío IX promulgó la constitución Pastor Aeternus, del Concilio Vaticano I, que
reafirma el Primado Romano y proclama la infalibilidad del papa en asuntos de
fe, moral y doctrina cristiana (dogma de la infalibilidad papal). Para los
judíos ortodoxos, por supuesto, el Nuevo Testamento no tiene validez.
El libro más corto de la
Biblia es la Segunda epístola de Juan (13 versículos), seguido por la Tercera
epístola de Juan (15 versículos), el Libro de Abdías (21 versículos) y la
Epístola de Judas (25 versículos).
Los versículos más
cortos de la Biblia son Éxodo 20:13 («No matarás»), Éxodo 20:15 («No robarás»),
y Juan 11:35 («Jesús lloró»). El más largo es Ester 8:9.
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