¿Por
qué Debería Confiar en Dios en medio del Dolor?
Cuando tienes algo que es muy valioso para ti, algo no muy común, caro, o
una herencia, y tú no quieres que sea robado, quebrado o quemado, lo
llevas al banco y confías su protección en una caja de seguridad. 2
Timoteo 1:12 "Por
lo cual asimismo padezco esto; pero no me avergüenzo, porque yo sé
a quién he creído, y estoy seguro que es poderoso para guardar mi
depósito para aquel día."
Incluso
más allá de una caja cerrada en tu banco, lo que tú confías a
Dios, Él lo va a cuidar. Puedes contar con ello. Él tiene un
historial. Otras personas pueden no tener un historial consistente de
cuidar todos los detalles para ti. Pero cualquiera que sea lo que tú
confíes a Dios, Él se hará cargo de ello.
Pregunto:
¿qué es lo que hoy necesitas confiar a Dios? Te diré lo que es -
es lo que te preocupa. Lo que sea que te preocupe, tienes que confiar
en el amor de Dios.
porque
estás actuando como si no tuvieras un Padre Celestial que te ama y
en quien puedes confiar, como si fueras un huérfano espiritual. La
preocupación es la incredulidad; estás diciendo que no crees en las
6.000 promesas que Dios hizo en la Biblia. El momento más difícil
para que tú pongas las cosas en las manos de Dios, es cuando tú
estás sufriendo o en medio de una prueba. Cuando estás sufriendo,
no quieres confiar ni siquiera en Dios. Quieres guardarlo y
mantenerlo contigo mismo.
Pablo
sabía esto, pero también sabía que cuando tú estás con dolor,
ahí es cuando tú más tienes que confiar en Dios. Él dijo: "Estoy
sufriendo aquí, en prisión; pero no me avergüenzo de ello, porque
yo sé en quién he puesto mi confianza y estoy seguro de que él es
capaz de guardar lo que le he confiado[a] hasta el día de su
regreso." 2 Timoteo 1:12. Hablo con la
gente y a veces ellos dicen: "Tengo miedo de dar mi vida a
Jesucristo, porque temo que no voy a ser capaz de mantener el
compromiso."
Permíteme ser honesto contigo: nadie puede mantener dicho
compromiso. Afortunadamente tu salvación no se basa en el
mantenimiento del compromiso. Se basa en Cristo, en su promesa y
tener fe en Él.
La
principal razón por la que debemos confiar en Dios es: que Él es
digno de nuestra confianza. A diferencia de los hombres, Él nunca
miente y nunca falla para cumplir con Sus promesas. "Dios no es
hombre, para que mienta, Ni hijo de hombre para que se arrepienta. El
dijo, ¿y no hará? Habló, ¿y no lo ejecutará?" (Números
23:19;
Salmo
89:34).
A diferencia de los hombres, Él tiene el poder para llevar a cabo
todo lo que planea y propone hacer. Isaías
14:24
nos dice, "Jehová de los ejércitos juró diciendo: Ciertamente
se hará de la manera que lo he pensado, y será confirmado como lo
he determinado." Además, sus planes son perfectos, santos y
justos, y “a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a
bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.”
(Romanos
8:28).
Si nos esforzamos en conocer a Dios a través de Su Palabra, vamos a
ver que Él es digno de nuestra confianza y nuestra confianza en Él
crecerá diariamente. Conocerlo es confiar en Él.
Podemos
aprender a confiar en Dios al ver cómo Él ha demostrado Su
confiabilidad en nuestras vidas y las vidas de otros. En 1
Reyes 8:56
leemos: "Bendito sea Jehová, que ha dado paz a su pueblo
Israel, conforme a todo lo que él había dicho; ninguna palabra de
todas sus promesas que expresó por Moisés su siervo, ha faltado.”
El registro de las promesas de Dios está ahí en Su Palabra para ser
visto por todos, tal como el registro de Su cumplimiento. Los
documentos históricos verifican esos acontecimientos y hablan de la
fidelidad de Dios con Su pueblo. Cada cristiano puede dar testimonio
personal de la confiabilidad de Dios al ver Su obra en nuestras
vidas, cumpliendo con Sus promesas de salvar nuestras almas y usarnos
para Sus propósitos (Efesios
2:8-10)
y consolarnos con la paz que sobrepasa todo entendimiento al correr
la carrera que Él ha planeado para nosotros (Filipenses
4:6-7;
Hebreos
12:1).
Cuanto más experimentamos Su gracia, fidelidad, y bondad, más
confiamos en Él (Salmo
100:5;
Isaías
25:1).
Una
tercera razón para confiar en Dios es que no tenemos una alternativa
razonable. ¿Debemos confiar en nosotros mismos o en otros que son
pecaminosos, impredecibles, no fiables, que tienen un límite de
sabiduría, y que con frecuencia hacen malas elecciones y decisiones
influidas por la emoción? O ¿confiamos en el sabio, omnisciente,
todopoderoso, clemente, misericordioso, y amoroso Dios que tiene
buenas intenciones para nosotros? La elección debería ser obvia,
pero fracasamos en confiar en Dios porque no le conocemos. Como ya se
ha dicho, no podemos esperar a confiar en alguien que es
esencialmente un extraño para nosotros, pero esto es fácilmente
subsanable. Dios no se ha hecho difícil de encontrar o conocer. Todo
lo que necesitamos saber acerca de Dios, Él gentilmente hizo
disponible a nosotros en la Biblia, Su Santa Palabra a Su pueblo.
Conocer a Dios es confiar en Él.
¿Cuál
es el mayor problema que tenemos los cristianos? Que hablamos
muchísimo de Dios, pero no lo conocemos. En nuestro criterio, Dios
es conforme lo imaginamos, de acuerdo con nuestra propia perspectiva.
Y ahí está el error. El Señor en el que creemos es muy distinto
del real, el Dios de poder que transforma, hace milagros y cambia las
circunstancias.
Recuerde
lo que enseñan las Escrituras: “Pues
el Señor es bueno. Su amor inagotable permanece para siempre, y su
fidelidad continúa de generación en generación..”(Salmo 100:5)
¿Qué
debe ser prioridad? La revelación del Señor. Dios debe revelarse a
nuestra vida. ¿Y cómo lo logramos? Mediante intimidad con Él. En
La oración y el estudio sistemático de las Escrituras es un camino
apropiado para conocerle como realmente Él es?
Cuando
le conocemos en Su plenitud, podemos confiar en Él. Comparto con
usted cinco razones para confiar en Dios : Basándonos en el carácter
de Dios, ¿de qué podemos estar seguros?
1.
Dios nos impartió su misericordia. Al enviar a su Hijo a morir en
nuestro lugar, el Padre celestial demuestra su amor por nosotros
(Salmo 100:5; - 1 Juan 4:10).
2.
El Señor nos ayudará a hacer lo que Él requiera de nosotros. Nos
dará no solo la sabiduría espiritual para que podamos realizar las
tareas que nos ha asignado, sino también el poder para llevarlas a
cabo (Hebreos 13.21).
3.
Dios pondrá un límite a las tentaciones y a las presiones que
permite en nuestra vida. Como artesano de nuestras vidas, Él sabe
cómo moldearnos a la imagen del Señor Jesús (2 Corintios 4.8).
4.
Dios nos fortalecerá y protegerá para que no tengamos que claudicar
o rendirnos. Aunque somos débiles, Él sabe cuán fuertes podemos
ser cuando su poder está en nosotros (1 Corintios 10.13).
5.
Nuestro Padre celestial perdonará nuestros pecados. Él está listo
para recibir nuestra confesión, perdonarnos y limpiarnos de toda
maldad cada vez que acudamos a Él (1 Juan 1.9).
Además
de estas bendiciones durante el tiempo que vivamos en este mundo,
tenemos también bendiciones futuras de las que podemos estar
seguros. Podemos tener la confianza de que la vida no termina cuando
nuestro cuerpo terrenal muere (2 Corintios 5.8); que viviremos en el
cielo para siempre; y que Jesucristo volverá un día.
La
vida tiene, sin duda, experiencias dolorosas (Juan 16.33). Pero
cuando los problemas nos opriman, pensemos en todas las razones por
las que podemos depender de Dios.
Razones
para confiar en Dios
¿En
qué Dios hemos confiado? En Colombia, Rep. Dom., Venezuela Etc…
hay dioses de yeso o de barro en los que confían las personas; en
México algunos serán devotos de santa muerte o la virgen de
guadalupe y creen que les ayudará; en Europa algunos creen en el
poder del ocultismo y ese es su dios, mientras que en el Caribe hay
quienes depositan su confianza en mayombé o changó.
Cabe
entonces preguntarnos nuevamente: ¿En qué Dios hemos confiado? En
la medida en que desarrollamos intimidad con el Señor, no solamente
podemos conocerle sino, además, desarrollar confianza en Él.
Es un proceso que se afirma progresivamente: intimidad con Dios
esta asociada al conocimiento de Él.
Existen
cinco razones para confiar en Dios, que comparto con usted:
En
nuestro mundo aquejado de problemas, las injusticias, los crímenes y
la falsedad es lo que abunda en las noticias.
Sin
embargo, tenemos un Dios cuyas acciones son perfectas y que es fiel a
toda promesa que ha hecho. Recuerde que, como dicen las Escrituras,
Él
es el mismo “ayer, y hoy, y por los siglos” (Hebreos 13.8).
Podemos
tener absoluta confianza en el Señor, porque Él es:
• Omnisciente.
Nuestro Padre celestial sabe lo que le está sucediendo a cada
persona en todo momento (Lucas 12.2, 3). Su conocimiento es total; no
hay ninguna circunstancia que le sea desconocida, ni pensamiento que
Él no discierna.
• Omnipotente.
Dios tiene poder absoluto sobre todas las cosas; nada está fuera de
su control. Él usa su poder para hacer su voluntad perfecta. Ninguna
autoridad en el cielo o en la Tierra puede frustrar sus propósitos
(Job 42.2; Mateo 19.26).
• Omnipresente.
La totalidad del espacio y del tiempo están al alcance de su mirada
(Salmo 139.7-12).
• Veraz.
Dios no puede mentir; Él dice siempre la verdad. Podemos confiar
plenamente en su Palabra y en sus respuestas a nuestras oraciones.
• Amoroso.
Podemos también tener confianza en las intenciones del Señor,
porque su carácter es el amor absoluto (Romanos 8.28; 1 Juan 4.8).
La
naturaleza de Dios no es afectada por el tiempo, el lugar, las
personas o las circunstancias. Él nunca se equivoca en lo que dice o
hace, porque su conocimiento es perfecto. Su soberanía es total, y
todo está al alcance de su mirada. Cada promesa está garantizada en
Jesucristo (2 Corintios 1.20). Él es Aquel en quien podemos contar
cada día de nuestra vida. ¡Aleluya!
Dios te bendiga mi hermano o hermana Hector Peguero.
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